viernes, 6 de febrero de 2009

La Luna es un globo que se me escapó...

Vuelves a ser consciente, notas el hilito bajando por las comisura de tu boca, recuerdas que estás mirando el televisor, si son las 07:30 de la mañana, al iluminarse la pantalla, después de pulsar el botón de encendido, la primera imagen que tu cerebro procesa es la de un señor calvito, en un atril, de cuyo nombre no quiero acordarme, pero que recuerda al contenido de sus arcas, como filibustero del nuevo siglo, armado en las guerras financieras del anterior, resurgido de la gran batalla del ladrillo, del cambio de moneda, del negro fruto de la tierra, apoyado desde los más alto de la democracia, del destino surgido en las urnas. Pues ese señor,  casi en nombre de las entidades bancarias, estaba dándonos lecciones para gestionar nuestros "impuestos-derechos":  "Flaco favor haríamos las entidades a la economía española si aumentáramos el crédito de forma irresponsable... Lo que sí sería un problema es que no pudiéramos dar créditos a clientes solventes por falta de capital". Esto me lo cuentas después de regalar créditos al comprar un sofá, haciendo competencia a las compañías de telefonía móvil, o por un paquete de madalenas. Dando falsas tasaciones en los créditos hipotecarios, compra ahora y paga en treinta y cinco o cincuenta años... da igual tu piso a quintuplicado su valor en dos meses, te lo puedes permitir... mira que coche de cincuentacinco mil caballos, con todos los extras... el televisor de noventa pulgadas, un viaje alrededor del mundo... firma, rehipoteca o personal, lo que más me interese por los intereses.
 Cae todo el sistema, en picado, piden ayuda al contribuyente, como estado y accionistas que somos, nuestros representantes le conceden una cantidad de ceros largísima, para que intenten solucionar esto que ellos han creado y me vienen, ahora, que ya tienen la pasta, que no seamos irresponsables...
Sin palabras.............. o con demasiadas y malsonantes.  
Vuelvo a ser consciente y me termino el café ya frio.
 Hoy puede que haya olas...

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